La alergia es una especialidad joven, y más aún en lo referido a alergia a los medicamentos.
Desde hace tiempo es sabido que los medicamentos pueden producir reacciones indeseables. Existe un conjunto de situaciones englobadas como reacciones adversas a medicamentos (RAM), de las cuales un grupo puede ser de causa alérgica.
Según la definición de la Organización Mundial de la Salud, se entiende por reacción adversa a medicamento (RAM) a “cualquier efecto perjudicial o no deseado que ocurre tras la administración de una dosis medicamentosa normalmente utilizada en la especie humana para la profilaxis, diagnóstico y/o tratamiento de la enfermedad“.
Por lo tanto no incluye errores en la administración y dosificación, sobredosis accidental o intencionada, incumplimiento de la prescripción y/o la no obtención del efecto terapéutico.
Alergia vs toxicidad
Las RAM se diferencian de los efectos tóxicos en que las primeras aparecen con las dosis terapéuticas, mientras que los efectos tóxicos son consecuencia de sobredosificación. En algunos sujetos, dosis correctamente establecidas pueden constituir sobredosificación.
El problema fundamental a la hora de catalogar una manifestación clínica como RAM es establecer una relación causa-efecto entre el fármaco y la reacción, que suele ser difícil y a veces imposible, ya que muchos pacientes no acuden a una consulta médica. La automedicación y la prescripción de varios fármacos simultáneos también dificultan su estudio.
La verdadera alergia a un fármaco es una reacción mediada por un mecanismo inmunológico y está caracterizada por ser específica, estar mediada por anticuerpos o linfocitos y ser recurrente si el paciente se vuelve a reexponer al fármaco.
Como otras enfermedades alérgicas, requiere una exposición previa: sensibilización, con presentación de síntomas de forma típica al tomar una nueva dosis igual o más pequeña. Es decir no se debe a las propiedades toxicológicas del fármaco, que son conocidas, sino a reacciones inmunes inducidas frente a ese fármaco o sus metabolitos. La reacción no se parece a la acción farmacológica y remite al suspender el fármaco inductor.
Manifestación clínica: varía desde cuadros que ponen en peligro la vida como es el shock anafiláctico, a urticaria, broncoespasmo, eccema y diversos exantemas.
Temas
Alentamos su participación a través de los comentarios en nuestro blog. De todos modos, no podemos brindar una opinión médica de un caso en particular, sin una consulta personal con un profesional que analice al paciente. Si usted tiene preguntas relacionadas con síntomas específicos, le recomendamos solicitar un turno con un especialista.
Dejá tu comentario