La Organización Mundial de la Salud declaró en 1997 Día Mundial del Parkinson el 11 de Abril, coincidiendo con el aniversario del nacimiento de James Parkinson, neurólogo británico que en 1817 describió lo que en aquel tiempo llamó Parálisis Agitante y que hoy en día conocemos como Enfermedad de Parkinson.
¿Qué es la enfermedad del Parkinson?
El parkinson es una enfermedad crónica y afecta de diferente manera a las personas que la padecen. La evolución puede ser muy lenta en algunos pacientes y en otros puede evolucionar más rápidamente.
A pesar de todos los avances de la neurología, hoy en día se desconoce la etiología de la enfermedad de Parkinson, es decir, sus causas, por lo que también se desconoce cómo prevenirla. Afecta tanto a hombres como a mujeres, y más del 70 por ciento de las personas diagnosticadas de parkinson supera los 65 años de edad. Sin embargo, no es una enfermedad exclusivamente de personas de edad avanzada ya que el 30 por ciento de los diagnosticados es menor de 65 años.
Síntomas
- Temblores: lentos y rítmicos. predominan estando en reposo y disminuyen al hacer un movimiento voluntario. no necesariamente los presentan todos los pacientes.
- Rigidez muscular: resistencia a mover las extremidades, hipertonía muscular.
- Bradicinesia: lentitud de movimientos voluntarios y automáticos. Falta de expresión de la cara. Escritura lenta y pequeña (micrografía). Torpeza manipulativa.
- Anomalías posturales: inclinación del tronco y la cabeza hacia delante. Codos y rodillas están como encogidos.
- Anomalías al andar: marcha lenta, arrastrando los pies. A veces se dan pasos rápidos y cortos (festinación), con dificultad para pararse. Episodios de bloqueo (los pies parecen que están pegados al suelo).
- Trastorno del equilibrio: reflejos alterados, fáciles caídas.
Generalmente, el paciente visita a diferentes especialistas y no mejoran sus problemas, por lo que se descartan las enfermedades “comunes” (reuma, circulatorio, estrés, etc.) y se piensa ya en los trastornos menos “conocidos” (neurológicos).
Se suelen hacer pruebas altamente tecnificadas (RMN, TAC, SPECT, PET, etc.) y no suelen aparecer signos anormales (se descartan procesos tumorales cerebrales, micro-derrames o trombosis, etc.). El SPECT es la prueba de neuroimagen que visualiza los transportadores presinácticos de la dopamina y los receptores postinácticos, y evalúa la integridad del sistema nigroestriado.
El médico llegará a la conclusión de la existencia de un párkinson sobre todo basándose en los signos clínicos externos (las “quejas” del paciente y la exploración directa) que presenta el afectado. Se confirmará este diagnóstico por la respuesta del paciente a la medicación con droga específica para la enfermedad, y a la posterior evolución del cuadro clínico hacia un párkinson típico.
Fuente: www.parkinsonmadrid.org
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