La discriminación hacia personas con enfermedades mentales y adicciones es muy recurrente en nuestra sociedad. El Dr. Juan Pedro Sapéne, miembro de los Servicios de Psiquiatría y Psicología de Grupo Gamma nos invita a dejar de lado nuestros juicios de valor y aportar a la inclusión.
Muchas estadísticas nos indican que una de cada cinco personas tendrá un problema de salud mental o una adicción a lo largo de su vida. Desafortunadamente, la gran mayoría de ellas no busca ayuda porque sienten vergüenza o temor; muchas veces creen que otras personas van a juzgarlas negativamente basándose en esos problemas de salud mental.
Además, el encontrar y mantener un trabajo, tener relaciones estables y otros aspectos importantes de la vida son difíciles de superar si no se puede hablar de ellos abiertamente, y recibir la asistencia necesaria. Las personas que viven con estas dificultades plantean que la discriminación que experimentan suele ser peor que la dificultad en sí misma.
El problema con el prejuicio es que se sostiene en ciertas ideas o actitudes negativas acerca de personas que son vistas como diferentes. Cuando discriminamos a alguien estamos ejerciendo una acción basándonos en esos prejuicios.
Algunas investigaciones, dicen que más de la mitad de las personas que viven con problemas de salud mental han sido avergonzadas e igualmente discriminadas.
“Las personas que viven con estas dificultades plantean que la discriminación que experimentan suele ser peor que la dificultad en sí misma.”
La salud y el bienestar, incluyen especialmente el reconocimiento de los derechos humanos, por ejemplo en la posibilidad de desarrollar conexiones de sentido y propósito en nuestra sociedad y lograr oportunidades igualitarias. Cuando se discrimina a las personas, se niegan, precisamente, esos derechos humanos tan importantes que nos unen a todos, se dificultan las relaciones entre las personas y se impide el acceso a oportunidades.
Sin embargo, eso no es todo. Muchas personas, cuando comienzan a tratarse, suelen temer que otros conozcan algún aspecto relacionado con su salud mental; por ejemplo, mantienen en secreto que padecen un problema, ocultan o niegan que están en tratamiento, lo que impide recibir la ayuda que necesitan por temor a ser discriminadas. Recordemos que cuando sentimos y hacemos esto, estamos alejándonos de la valiosa ayuda que necesitamos. Aislarnos y no hablar de lo que nos sucede, si tenemos una enfermedad mental suele profundizar el problema, provocando una mayor desconexión, lo que termina haciendo más difícil la evolución de la situación.
Recomendaciones:
- Intentar tener un contacto directo. Encontrarnos e interactuar con personas con problemas de salud mental o adicciones es una de las mejores maneras de mejorar nuestras actitudes y conductas. Esto funciona mejor si se puede desarrollar un diálogo y se habla de las experiencias personales que se han vivido de manera abierta y franca. Suele ser muy efectivo para contrarrestar muchos mitos y prejuicios. Los esfuerzos que hacemos, al leer esta información nos puede ayudar a comprender muchos de los problemas, que alguien puede experimentar pero no nos hará cambiar de actitud; eso es algo que tenemos que vivir en la relación con otros que han tenido esas dificultades.
- Buscar un contacto directo o colaborar con alguna organización que asista a personas con enfermedades mentales o adicciones para conocer sus historias de recuperación.
- Comenzar a ver los problemas de salud mental y de adicción como aspectos que compartimos junto a nuestra humanidad común: el temor, los prejuicios y la discriminación van desapareciendo cuando vemos este tipo de problemas como una respuesta posible frente a un conjunto único de circunstancias.
- Reflexionar sobre las palabras que usamos. ¿Utilizamos expresiones centradas en la persona como “Alguien que vive con….” o decimos, “un psicótico”, o “un alcohólico”?
- Pensar acerca de cómo personalmente damos apoyo y tratamos a las personas que nos rodean que puedan estar viviendo con una enfermedad mental o una adicción.
- Ayudar a que las personas sean escuchadas. Necesitamos que las personas con problemas de salud mental hablen de lo que les ha sucedido, colaborar con ellos para que lideren muchos de los esfuerzos en contra de la discriminación, por ejemplo, en el desarrollo de programas públicos o de investigación sobre estos temas. Esto incluye brindarles relaciones y conexiones con otras personas que han experimentado las mismas dificultades. Cuando se crean grupos de pares que comparten fortalezas y esperanzas, es mucho más probable que se puedan realizar cambios cuando existen injusticias de cualquier tipo.
- Ayudar a que los medios de comunicación sean fuentes de información constructiva. Los medios como la Televisión, el cine, diarios y revistas y sitios o blogs de internet influyen en gran medida en la manera que tenemos de entender y actuar frente a personas con problemas de salud mental y adicciones. Los medios son muy eficaces para mostrar a las personas tal y como son: miembros creativos y productivos en nuestra sociedad. Es tiempo de escuchar las voces de todos ellos.
- Comunicar a quien corresponda cuando veo que se discrimina o cuando veo una ley o una alguna decisión pública que injustamente excluye a personas con problemas de salud mental y adicciones.
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Alentamos su participación a través de los comentarios en nuestro blog. De todos modos, no podemos brindar una opinión médica de un caso en particular, sin una consulta personal con un profesional que analice al paciente. Si usted tiene preguntas relacionadas con síntomas específicos, le recomendamos solicitar un turno con un especialista.
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