Las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales o no intencionales. La Dra. Laura Welker, del Departamento de Calidad y Seguridad Asistencial de Grupo Gamma, nos brinda información sobre los daños a la salud que las caídas generan en el mundo.
De acuerdo a datos y cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente mueren en todo el mundo unas 424.000 personas debido a caídas, y más de un 80% de esas muertes se registran en países de bajos y medianos ingresos. Los mayores de 65 años son quienes sufren más caídas mortales.
La OMS define a las caídas como acontecimientos involuntarios que hacen perder el equilibrio y dar con el cuerpo en tierra u otra superficie firme que lo detenga. Las lesiones relacionadas con las caídas pueden ser mortales, aunque la mayoría de ellas no lo son: cada año se producen 37,3 millones de caídas cuya gravedad requiere atención médica. Las estrategias preventivas deben hacer hincapié en la educación, la capacitación, la creación de entornos más seguros, la priorización de la investigación relacionada con las caídas y el establecimiento de políticas eficaces para reducir los riesgos.
Las caídas son un importante problema mundial de salud pública, consisten en la segunda causa mundial de muerte por lesiones no intencionales, por detrás de los traumatismos causados por el tránsito. Cada año las caídas suponen la pérdida de más de 17 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad. La mayor morbilidad corresponde a los mayores de 65 años, a los jóvenes de 15 a 29 años y a los menores de 15 años.
Grupos de riesgo
Aunque las caídas conllevan un riesgo de lesión en todas las personas, su edad, sexo y estado de salud pueden influir en el tipo de lesión y su gravedad.
Edad
La OMS estipula que la edad es uno de los principales factores de riesgo de las caídas. Los ancianos son quienes corren mayor riesgo de muerte o lesión grave por caídas, y el riesgo aumenta con la edad. Por ejemplo, en los Estados Unidos de América un 20 a 30% de las personas mayores que se caen sufren lesiones moderadas o graves, como hematomas, fracturas de cadera o traumatismos craneoencefálicos. La magnitud del riesgo puede deberse a los trastornos físicos, sensoriales y cognitivos relacionados con el envejecimiento, así como a la falta de adaptación del entorno a las necesidades de la población de edad avanzada.
“De acuerdo a datos y cifras de la Organización Mundial de la Salud, anualmente mueren en todo el mundo unas 424.000 personas debido a caídas (…)”
Otro grupo de riesgo es el formado por los niños, cuyas caídas se deben en gran parte a su estado de desarrollo, su curiosidad innata y al aumento de su nivel de independencia, que les lleva a adoptar conductas más riesgosas. Aunque la supervisión insuficiente de los adultos es un factor citado frecuentemente, las circunstancias suelen ser complejas y hay interacciones con la pobreza, la monoparentalidad y los entornos particularmente peligrosos.
Sexo
Ambos sexos corren el riesgo de sufrir caídas a cualquier edad y todas las regiones. Sin embargo, en algunos países se ha observado que los hombres tienen mayor probabilidad de sufrir caídas mortales, mientras que las mujeres sufren más caídas no mortales. Las ancianas y los niños pequeños son especialmente propensos a las caídas y a una mayor gravedad de las lesiones consiguientes. Las tasas de mortalidad y los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) perdidos son sistemáticamente mayores en los varones en todo el mundo. Entre las posibles explicaciones de este hecho se encuentran los mayores niveles de comportamientos de riesgo y la mayor peligrosidad de las actividades laborales.
Otros factores de riesgo son:
- Actividad laboral en las alturas y otras condiciones de trabajo peligrosas.
- Consumo de alcohol y drogas.
- Factores socioeconómicos tales como pobreza, hacinamiento en el hogar, monoparentalidad, y corta edad de la madre.
- Trastornos médicos subyacentes: trastornos neurológicos, cardíacos u otras afecciones discapacitantes.
- Efectos colaterales de los medicamentos, inactividad física y pérdida de equilibrio, sobre todo en las personas mayores.
- Problemas cognitivos, visuales y de movilidad, especialmente entre quienes viven en instituciones como las residencias de ancianos o los centros de atención a pacientes crónicos.
- Falta de seguridad del entorno, especialmente en el caso de las personas con problemas de equilibrio o de visión.
Fuente: Organización Mundial de la Salud.
Temas
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