Los hábitos alimenticios son tan importantes en el presente como en el futuro de nuestro organismo. La Lic. Marina B. Guarda, miembro de los Servicios de Nutrición y Oncología Médica y Cuidados Paliativos de Grupo Gamma nos brinda información útil para una buena alimentación.
Si le damos una vista a la naturaleza que nos rodea, descubriremos que cada ser vivo posee en su organismo una complejidad maravillosa. Cada parte de su cuerpo tiene una razón de ser, una función, no sólo los animales, sino también las plantas.
Es sabido, que nuestro cuerpo naturalmente lucha contra las enfermedades, pero cuando el sistema inmunológico atraviesa dificultades, podemos ayudarlo a fortalecerse, incorporando ciertos alimentos. Cada alimento esconde un potencial inmenso, necesario para posibilitar la vida y su desarrollo, cada uno posee múltiples propiedades que podemos aprovechar para beneficiar nuestra salud.
¿Cómo influye cada comida en nuestro organismo?
- Carne: músculos y tejidos. Favorecedores de sus proteínas, el potasio y vitaminas B12, ayudan a regenerar epitelios y combatir desarreglos nerviosos.
- Pescado: colesterol y sistema circulatorio. Las proteínas del pescado, el yodo, selenio y el cobre de los mariscos son necesarios para estos casos.
- Frutos secos: piel y sistema cardíaco. Poseen sustancias activas para mantener una piel lozana y un buen ritmo cardíaco.
- Legumbres: sistema circulatorio. La vitamina B1, hierro y el ácido fólico evitan la anemia.
- Cereales: energía. Son fuentes de la vitamina B1 y B6, ácido fólico, magnesio, hierro y selenio que ayudan, además, a mantener activo el sistema nervioso.
- Frutas: sistema nervioso, piel, sistema circulatorio y regulación digestiva. En general, las vitaminas que poseen, además de la vitamina C, potasio y fructosa, inhiben las hemorragias y favorecen la salud dental, las actividades cerebrales, como así también, la regulación intestinal.
- Hortalizas: vista y circulación. Las vitaminas C, E, y K y la provitamina a (Betacaroteno) son esenciales para una correcta visión y vitalidad de los vasos sanguíneos.
- Lácteos: huesos y piel. Las vitaminas a (Retinol) y B12, el fósforo, el potasio y el yodo favorecen a la piel, excelente estructura ósea y previenen los desórdenes neurológicos.
- Verduras: piel y aparato digestivo. Las vitaminas B6, k, ácido fólico, magnesio, hierro, yodo otorgan energía, revitalizan epitelios y la fibra regulariza el tránsito intestinal.
- Huevo: huesos, tejidos. Aporta vitamina A, B12 y D que refuerzan los huesos y aminoácidos de excelente calidad, necesario a todo nivel orgánico, además de fosfolípidos muy útiles en el desarrollo del cerebro.
Para concluir, diremos que ya sea que estemos o no transitando por dificultades en nuestra salud, es importante ser conscientes que nuestros hábitos alimenticios de hoy, definirán nuestra calidad de vida a futuro. Por tal motivo, es optimista tomar la iniciativa de emprender los cuidados necesarios y realizar una correcta alimentación que incluya la mayor variedad de cada uno de los alimentos mencionados.
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