Los hábitos cotidianos que podemos modificar son fundamentales para evitar la Diabetes tipo II. La Dra. Tamara Cudi, Jefa del Servicio de Nutrición de Grupo Gamma, nos explica los cambios que debemos implementar.
1. Alimentación: Llevar una dieta saludable basada en frutas, verduras, granos enteros, legumbres, pescados, pollo, carnes magras, huevo y lácteos descremados. Limitando los alimentos procesados, azúcar, miel y jarabes.
Para moderar tus porciones:
- Tomá agua 10 minutos antes de comer para no estar hambriento.
- Usá platos más chicos para servirte menos.
- Compartí el postre.
- Comé despacio, pues 20 minutos le toma al cuerpo sentirse lleno.
- Equilibrá tu plato: la mitad debe tener verduras, una cuarta parte proteínas y lo restante granos.
2. Ejercicio: la actividad física también es una excelente herramienta para disminuir la glucosa.
Ponerte en movimiento hace que tus músculos aumenten la sensibilidad a la insulina, lo que genera que las células puedan aprovechar el azúcar en forma de energía, y así no se quede circulando en la sangre. El objetivo es moverte y lograr que el sedentarismo sea cosa del pasado.
Según el Programa de Prevención de la Diabetes, practicar 30 minutos de actividad física, cinco días a la semana, te ayuda a perder entre el 5 y el 7% del peso corporal, medida que previene la Diabetes tipo II.
3. Evita el sobrepeso: Cuanta más grasa tengas en el cuerpo, las células desarrollan resistencia a la acción de la insulina, lo que provoca un deficiente control en los niveles de glucosa. Por ello, si tenés sobrepeso u obesidad es conveniente bajar el exceso de peso.
4. Seguí las instrucciones del Médico: Por lo menos una vez al año deberás realizarte un estudio médico para saber cómo están tus niveles de glucosa y colesterol ya que la probabilidad de tener diabetes es mayor si ellos están elevados.
5. Dejá de fumar: El cigarrillo disminuye la acción de la insulina en los tejidos del cuerpo, por lo que podría incrementar los niveles de glucosa en la sangre.
6. Estrés: La tensión emocional provoca que se eleven los niveles de cortisol, lo que a la larga podría alterar el proceso de liberación de insulina y provocar un desequilibrio en los niveles de glucosa.
7. Bebé con moderación: El alcohol es un tipo de azúcar, por lo que para digerirlo el cuerpo requiere producir más insulina para controlar la glucosa.
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