La próstata es un órgano exclusivamente masculino, del tamaño de una nuez, que se encuentra ubicada por debajo de la vejiga y rodeando la uretra.

Es por esto que su crecimiento, con los años, conlleva trastornos miccionales (pertenecientes o relativos a la acción de orinar), a veces muy evidentes y otras no tanto, pero que conviene identificar a fin de evitar complicaciones.

 

Los síntomas de este crecimiento benigno,  son variados y van desde:

• el aumento de la frecuencia miccional,
• el levantarse por la noche a orinar,
• un chorro miccional sin fuerza ni calibre normal,
• dificultad en vaciar completamente la vejiga,
• orinar entrecortado, con la sensación de no vaciar la vejiga.

 

Hasta aquellos síntomas propios de una enfermedad más avanzada, como son:

• la retención aguda de orina,
• los cálculos vesicales,
• las infecciones urinarias,
• hasta la insuficiencia renal en algunos casos.

 

Desde hace algunos años la urología moderna ha puesto énfasis en brindar para este problema, opciones de tratamiento que sean eficaces, que brinden rápida recuperación al paciente y por sobretodo que sean seguras y definitivas.

Más allá de los tratamientos médicos (con pastillas) que los hay muchos y buenos, el advenimiento de la cirugía prostática con energía bipolar (vaporización con plasma), hoy constituye una alternativa de tratamiento cada vez más buscada por quienes desean una solución definitiva a su problema de hiperplasia prostática sin esperar por el avance de la enfermedad.

La Vaporización Prostática Bipolar, es dentro de las cirugías prostáticas (por hiperplasia), una opción que brinda grandes ventajas al paciente ya que:

• Es un procedimiento endoscópico. No hay cicatrices ni suturas.
• Brinda un menor tiempo de recuperación, otorgando al paciente un rápido retorno a sus actividades habituales.
• No existen limitaciones en el tamaño prostático a intervenir.
• Su gran poder de coagulación hace que el sangrado post-operatorio sea ínfimo.
• Posibilita un menor tiempo de sonda vesical (usualmente 24 hs).
• La estadía sanatorial oscila entre 24 y 48 hs para la mayoría de los casos.
• Otorga mayor seguridad: Constituye una alternativa óptima para pacientes de riesgo quirúrgico aumentado o con patologías concomitantes.