La insuficiencia venosa de miembros inferiores es una patología que genera numerosas consultas y molestias en los pacientes. La Dra. Griselda Alfonso, Jefa del Servicio de Flebolinfología de Grupo Gamma, nos brinda novedades positivas en el tratamiento.

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La Insuficiencia venosa de miembros inferiores es una patología muy prevalente en la población general y representa una causa de consulta frecuente.

En su fase inicial, suele tener un componente más estético pero si evoluciona hacia estadios más avanzados, puede generar alteraciones cutáneas y lesiones tróficas que tienden a la cronicidad. Además, por lo general, son dolorosas y mal toleradas por el paciente, conllevando además un gran coste socio-sanitario.

La piedra angular del tratamiento de la insuficiencia venosa es la corrección de la hipertensión venosa. Una de las causas más frecuente de esa hipertensión es el reflujo en la vena safena interna por incompetencia de la unión safeno femoral.

«Han surgido nuevas técnicas que aportan ventajas significativas en comparación con técnicas tradicionales.»

El patrón de oro consiste en el tratamiento de esta vena safena enferma.

En la actualidad, han surgido nuevas técnicas con el objetivo de aportar ventajas por sobre las técnicas tradicionales (safenectomía convencional). Dichas técnicas permiten la realización en forma ambulatoria de los tratamientos, con las siguientes características:

• Con anestesia local con sedación.
• Rápida inserción a la actividad normal y mínima baja laboral.
• Baja tasa de complicaciones postoperatorias.
• Menor índice de recidiva a largo plazo.
• Pocas o ningunas incisiones, como consecuencia se obtiene un óptimo resultado estético.

Estos tratamientos, llamados “Endoluminales” o “Endovasculares”, actúan por energía lumínica que se transforma en energía térmica y transmitida por el Láser Endovascular y la Radiofrecuencia Endovascular, liberándola en contacto con el endotelio vascular, es capaz de producir el sellado u oclusión de las várices por termoablasión.

El concepto es una técnica mínimamente agresiva, endoluminal y ambulatoria.

¿Cuáles son los síntomas que mejoran o desaparecen luego del tratamiento?

1.- Las várices visibles en las piernas.

2.- La pesadez: manifestándose como fatiga o tensión, especialmente al final de la jornada laboral.

3.- Las flebalgias: dolores específicos en un trayecto venoso, sobre todo de safena interna.

4.- El prurito: en el tercio inferior de la pierna.

5.- La inquietud de las piernas: “Restless legs syndrom” o síndrome de las piernas sin descanso: aparecen en reposo y obligan al paciente a movilizarse.

6.- La claudicación venosa: pesadez muscular que aparece durante la marcha.

7.- Los edemas intermitentes: al final del día que desaparecen tras una noche de reposo.

Te recordamos, como siempre, que la consulta precoz es el mejor aliado para el óptimo resultado, no solo estético sino también funcional.