El cáncer de próstata es el más frecuente en los hombres, pero muchos todavía evitan las consultas por miedo o desinformación. El Dr. Diego Degiovanni, Staff del Servicio de Urología de Grupo Gamma, explica qué estudios preventivos se deben realizar, cuándo empezar a controlarse y cómo ha cambiado el diagnóstico en los últimos años.
¿Por qué es importante hablar del cáncer de próstata?
Se estima que uno de cada ocho hombres recibirá un diagnóstico de cáncer de próstata en algún momento de su vida. En Argentina, las estadísticas muestran que es el cáncer más frecuente en varones y que la mortalidad en 2022 fue cercana a las 10 muertes por cada 100.000 hombres.
La incidencia aumenta a partir de los 50 años y se dispara después de los 60, aunque cerca del 10% de los casos aparece antes de los 55, sobre todo en quienes tienen antecedentes familiares o mutaciones genéticas asociadas. Por eso, la detección temprana resulta clave para mejorar las posibilidades de cura y calidad de vida.
¿Qué tan hereditaria es esta enfermedad?
Entre el 10% y el 20% de los cánceres de próstata tienen una base hereditaria. Si un padre o hermano ha sido diagnosticado, el riesgo se multiplica por dos o tres. En estos casos, además de comenzar los controles antes, en algunas ocasiones se indica realizar estudios genéticos para evaluar mejor el riesgo.
¿Cuándo y cómo hay que empezar los controles?
Las guías recomiendan que todos los hombres inicien sus controles prostáticos a los 50 años, y quienes tienen antecedentes familiares directos lo hagan desde los 40.
El diagnóstico se basa principalmente en dos estudios sencillos: un análisis de sangre que mide el antígeno prostático específico (PSA) y un examen físico conocido como tacto rectal.
¿El tacto rectal sigue siendo indispensable?
Muchos hombres todavía evitan las consultas porque asocian el control con un examen incómodo o vergonzoso, sostiene el Dr. Diego Degiovanni. Sin embargo, el avance de la tecnología ha cambiado las cosas: hoy no siempre es necesario realizar un tacto rectal de rutina si no hay síntomas, el PSA está dentro de los valores normales para la edad y no existen antecedentes familiares ni hallazgos sospechosos.
El tacto rectal sigue siendo útil como complemento en algunos casos, pero no debe ser visto como una barrera para el control.
¿Cómo ha cambiado el diagnóstico en los últimos años?
Desde la introducción del PSA en 1993, la mortalidad por cáncer de próstata se redujo a la mitad. Incluso, desde 2018, la mortalidad sigue descendiendo alrededor de un 5% por año, mientras que la incidencia crece porque más hombres acceden a controles.
Hoy, si el PSA está elevado o el tacto rectal sugiere alguna alteración, se puede complementar con una resonancia magnética multiparamétrica, que permite identificar con precisión las lesiones sospechosas y dirigir mejor una eventual biopsia.
¿Por qué la detección temprana hace la diferencia?
El cáncer de próstata es una enfermedad silenciosa que no da síntomas en las etapas iniciales y no se puede prevenir con hábitos, medicamentos ni vacunas. Detectado a tiempo, la tasa de curación alcanza cerca del 85%. Gracias a la mayor conciencia y los avances tecnológicos, los tratamientos actuales son menos invasivos, con menos efectos secundarios y más personalizados, adaptándose a las necesidades de cada paciente.
Es importante recordar que aunque persistan miedos y prejuicios, el control urológico regular salva vidas, afirma el Dr. Degiovanni.
Consultar a tiempo no solo permite detectar la enfermedad antes de que avance, sino también acceder a terapias más efectivas y menos traumáticas. La información y la prevención siguen siendo las mejores herramientas para enfrentar al cáncer de próstata.
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