Dentro de lo que son las enfermedades asociadas a la obesidad, hay dos potencialmente más graves, estas son la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial. Estos dos padecimientos junto a la obesidad constituyen el denominado síndrome metabólico que impacta negativamente sobre la expectativa de vida de los obesos que lo padecen.

En primer lugar la diabetes tipo 2, tiene una tasa de remisión global tras la cirugía (es decir que el paciente no requiera más medicación y tenga su nivel de glucosa normal) cercana al 75% según publicaciones internacionales actualizadas.

La segunda enfermedad también muy seria, y que implica un riesgo cardiovascular importante, es la hipertensión arterial. En más del 50% de los casos operados, ésta afección mejora o desaparece.

Este efecto de la cirugía bariátrica sobre la diabetes tipo 2 y la hipertensión es el motivo por el cual se la denomina cirugía metabólica. Tal es el resultado de este tipo de cirugía sobre la diabetes tipo 2, que en la actualidad se llevan adelante estudios de investigación en pacientes diabéticos no obesos, en los que se realizan estas operaciones con marcado éxito.

Existe otro padecimiento de los obesos conocido como el síndrome de apnea obstructiva del sueño, que también tiene una tasa de mejoría o de curación muy alta.

Prácticamente no hay órgano del cuerpo que se salve de la obesidad. Hay otras enfermedades también que la acompañan y que si bien no tienen impacto a nivel mortalidad, sí afectan marcadamente en la calidad de vida de la persona. Éstas son, por ejemplo, las cuestiones osteoarticulares: pacientes que tienen estructura ósea para soportar un peso, que es la mitad del que están llevando adelante, y que al sacarles el sobrepeso mejoran su grado de movilidad.

También aspectos emocionales como la autoestima se mejoran con esta operación, siendo común el relato de la operación como un punto de cambio en la vida en la mayoría de los pacientes.