Cada vez más personas presentan adicciones relacionadas con las nuevas tecnologías. Éstas pueden provocar cambios en el cerebro y afectar a la salud mental, por eso es tan importante prevenirlas y detectarlas para actuar a tiempo. La Dra. Virginia Gorosito, Staff del Servicio de Endocrinología de Grupo Gamma, explica cómo la dependencia digital impacta directamente en la regulación de la hormona dopamina, también llamada hormona del placer y porque es tan importante considerar el uso responsable de la tecnología.

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La dependencia digital hace referencia a la necesidad compulsiva de usar dispositivos electrónicos, como teléfonos celulares, tablets y computadoras, que puede conducir a un excesivo consumo de redes sociales, videojuegos y otras plataformas en línea, a menudo perjudicando las relaciones y la realización de otras actividades. 

Esta dependencia afecta al comportamiento de las personas que la sufren, pero también tiene un impacto importante en el funcionamiento del cerebro, sobre todo en el sistema límbico, que controla las emociones y los impulsos mediante la regulación de la hormona dopamina, también llamada hormona del placer. 

Redes sociales y dopamina

La producción de dopamina se da tanto por la estimulación visual de las pantallas como por la gratificación que se obtiene con los “likes” o “me gusta” los comentarios o nuevas notificaciones de las propias redes sociales. Todo ello ocasiona que se active el circuito de “recompensa cerebral”, sostiene la Dra. Gorosito.

Debemos mencionar que la dopamina también tiene función motivacional. No solo nos recompensa cuando realizamos una actividad placentera, sino que también se libera mucho antes de realizar una acción. De esta manera, consigue motivarnos a buscar situaciones o actividades agradables, evitando las negativas.

¿Qué ocurre si existe una constante producción de dopamina?

Cuando existe una elevación de dopamina que persiste en el tiempo, nos impulsa a una búsqueda continua del placer, que podría generar un deterioro de los circuitos neuronales relacionados con la alteración de emociones, atención ejecutiva, toma de decisiones y control cognitivo.

Exceso de dopamina, edad y estado emocional

A nivel demográfico, los adolescentes constituyen un grupo de riesgo porque tienden a buscar sensaciones nuevas y son los que más tiempo permanecen frente a pantallas, además de estar más familiarizados con las nuevas tecnologías. Sin embargo, hay personas más vulnerables que otras a las adicciones. En algunos casos hay ciertas características de la personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones: la impulsividad; la disforia (estado anormal del ánimo que se vivencia subjetivamente como desagradable y que se caracteriza por oscilaciones frecuentes del humor); la intolerancia a los estímulos displacenteros, tanto físicos (dolores, fatiga) como psíquicos (disgustos, preocupaciones o responsabilidades); y la búsqueda exagerada de emociones fuertes. 

Uso responsable de la tecnología

Como ocurre en las adicciones químicas, las personas adictas a una determinada conducta experimentan un síndrome de abstinencia cuando no pueden llevarla a cabo, caracterizado por la presencia de un profundo malestar emocional (insomnio, irritabilidad e inquietud psicomotriz)

Entonces podemos concluir que el conocimiento de la relación entre dopamina y uso de pantallas nos permite abordar de manera más informada los desafíos asociados con la era digital. Mientras la tecnología sigue avanzando, es importante mantener una perspectiva equilibrada y saludable sobre su uso y su impacto en nuestra salud mental, afirma la Dra. Virginia Gorosito. La búsqueda de asesoramiento profesional puede ser beneficiosa en casos de dependencia.