Las mujeres son quienes más padecen esta enfermedad. Principalmente por sus características anatómicas entre otros motivos. Los tratamientos van desde controles periódicos a la intervención quirúrgica.
El descenso o caída del piso pelviano es una deformidad anatómica adquirida provocada por una debilidad y falta de tono muscular del piso de la pelvis. Se debilita con el curso de los años, pierde tonicidad y desciende generando inconvenientes.
La pelvis es una cavidad que tiene contenido y paredes. El contenido en la mujer lo constituyen los órganos genitales (útero, trompas, y ovario), la vejiga urinaria, la uretra, la vagina, recto y ano. En el hombre: vejiga, uretra, pene, próstata, recto y ano. Las paredes, por otro lado, tienen una estructura ósea y muscular, un techo abierto hacia la cavidad abdominal y un piso músculo tendinoso con orificios por donde pasan, en el hombre el recto, ano y la uretra; y en la mujer el recto, ano, uretra y vagina.
La caída del piso pelviano genera un desorden anátomo funcional en el contenido pelviano, este se cae y prolapsan por los orificios del piso (vagina y ano): prolapso vesical, prolapso uterino, rectocele y prolapso del recto, entre otros.
Esta patología es fundamentalmente femenina y las razones son: la mujer tiene un piso pelviano más débil y un orificio más que el hombre: la vagina (canal del parto). Los embarazos y partos en las mujeres aumentan la debilidad del piso pelviano y producen su caída.
Los portadores de la caída del piso pelviano son, mayormente, mujeres de alrededor de 60 años, con antecedentes de muchos partos, hijos grandes al nacer (4 Kg.), y partos distócicos. La constipación y el obstáculo del tracto de salida son otros factores etiológicos.
«Los embarazos y partos en las mujeres aumentan la debilidad del piso pelviano y producen su caída»
Las molestias de esta enfermedad son variables:
- sensación de peso o caída del perine,
- incontinencia de orina,
- sensación de peso en la vagina en posición de pie,
- salida por la vagina de un globo vesical o uterino,
- caída del tabique recto vaginal hacia la vagina (rectocele),
- prolapso de recto, y
- incontinencia fecal, entre otros.
Diagnóstico y Tratamiento
Es muy importante la prevención. Para ello es fundamental conocer la enfermedad, evitar la multiparidad, realizar controles ginecológicos y obstétricos periódicos, evitar partos distócicos o de hijos muy grandes. Además, es posible reparar rápidamente y por un especialista las lesiones del perine, realizar Episiotomías oportunas, y tratar la constipación y el obstáculo del tracto de salida.
El diagnóstico se hace por el examen físico, ginecológico y proctológico. Se completa con estudios como la Resonancia Magnética Nuclear, Ecografías, Manometrías, y Electromiogramas, entre otros. Y el tratamiento puede variar desde el médico al quirúrgico. Ello dependerá de la magnitud de la caída, edad, órganos comprometidos, síntomas y signos.
Temas
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