Cuando hablamos de várices y queremos analizar sus síntomas, primero debemos entender el funcionamiento de la circulación de las piernas o drenaje venoso.
Existe un sistema venoso profundo y un sistema venoso superficial. Además de estos dos sistemas primarios hay otros que conectan ambos (superficial y profundo) entre sí, que se denominan venas perforantes, y otros que conectan las venas de un mismo sistema, llamadas venas comunicantes.
El sistema venoso superficial transcurre en el espesor de la piel y del tejido celular subcutáneo (que incluye al tejido adiposo: grasa); el sistema venoso profundo transcurre entre los músculos y los huesos.
Existe, además, un sistema linfático: pequeños vasos que arrastran los líquidos que se acumulan en ese tejido superficial.
El sistema venoso se origina en una red muy pequeña y microscópica llamada capilar (el 7 % del volumen sanguíneo esta contenido allí), y la velocidad con la que circula a través de la misma es cien veces menor que en la arteria aorta. Esta red capilar va aumentando de tamaño hasta transformarse en el sistema venoso de retorno.
Durante mucho tiempo el sistema venoso en general y de los miembros inferiores en particular fue menospreciado tanto por investigadores como por médicos en sus prácticas diarias. Recién en los últimos años fue adquiriendo real valor como entidad clínica.
La importancia del sector venoso sobre el resto de los componentes circulatorios (arterias) radica no solo en su rol primordial como “actor principal en el ordenado retorno de sangre al corazón”, sino que funciona como una excelente reserva de volumen sanguíneo.
Cuales son las fuerzas que intervienen en la circulación de sangre venas-corazón
La sangre debe sobrellevar condiciones muy difíciles para poder “subir” hacia el corazón, puesto que tiene que luchar contra la fuerza de la gravedad, especialmente cuando el paciente esta de pie. Para esto existen determinadas fuerzas encargadas de llevar a cabo el retorno venoso al corazón:
- Suela venosa: se considera que el hombre marcha sobre una esponja que es comprimida a cada paso; es una red venosa localizada entre la piel de la planta del pie y los huesos del pie que durante la marcha impulsa la sangre hacia el corazón.
- Músculos de la pantorrilla: su acción se ejerce durante la marcha y actúa comprimiendo las venas profundas situadas dentro de los músculos, dirigiendo la corriente sanguínea hacia el corazón (ayudado por la dirección que le imprimen las válvulas venosas ubicadas en el interior de las venas)
- Contracción del corazón (sístole cardiaca): este impulso que atraviesa a las arterias se va perdiendo en el camino, pero el remanente de este impulso llega a las arterias mas pequeñas y alcanza el capilar venoso.
- Respiración: durante este acto, especialmente en la espiración, la sangre es atraída hacia el corazón. A su vez la aurícula derecha en su relajación provoca una fuerza de atracción de la sangre nuevamente hacia el corazón.
Como hemos visto hasta ahora este retorno venoso se realiza desde abajo hacia arriba y desde afuera hacia adentro, y cualquier condición que estimule la contracción cardíaca, la suela venosa del pie, la respiración y la contracción de los músculos de la pantorrilla van a favorecer este retorno venoso que normalmente se realiza en circunstancias difíciles.
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