La Dra. Naiara Pons Staff del Servicio de Dermatología de Grupo Gamma explica que es el esmalte semipermanente y nos advierte acerca de los peligros o riesgos que puede traer aparejados esta técnica para la salud de las uñas.

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El esmalte semipermanente es una técnica de manicura y pedicura que se ha popularizado por su rápido secado, durabilidad y apariencia estética. Para ello se utiliza un gel acrílico (monómero de acrilato) del cual después de cada aplicación requiere ser curado (polimerizado y secado) introduciendo las manos dentro de una cabina que emite luz UVA o LED logrando así una terminación firme y resistente, garantizando una mayor longevidad del esmalte. Sin embargo, desde un punto de vista dermatológico, es crucial tomar conciencia de los efectos nocivos que este tipo de esmalte puede tener a largo plazo. 

¿Cuáles son los riesgos para la salud de las uñas?

Pese a que el esmalte semipermanente es una opción práctica y estética, el mismo no está exento de riesgos para la salud de las uñas.

Con el tiempo, los efectos negativos tales como el debilitamiento, las infecciones o la irritación pueden acumularse generando consecuencias nocivas a largo plazo, sostiene la Dra. Naiara Pons.

Veamos algunos de los riesgos asociados al uso de esmaltes semipermanentes

• Reacciones alérgicas por contacto: ciertas personas pueden desarrollar sensibilidades o alergias a los componentes químicos del esmalte, lo que puede generar picazón, enrojecimiento, edemas e incluso ampollas en la piel periungueal o en los pulpejos. Las manifestaciones alérgicas también se pueden manifestar tardíamente a pesar de haberse usado el esmalte sin inconvenientes. Estas dermatitis de contacto afectan no sólo a los usuarios sino también a los profesionales que manipulan las resinas pudiendo generar en ellos enfermedades y/o incapacidad laboral. Asimismo, debido a que las manos tocan diferentes zonas del cuerpo, por un mecanismo de transferencia pasiva, pueden aparecer dermatitis de contacto en otras áreas corporales, además de las manos, como por ejemplo párpados, cara, etc. 
• Infecciones por hongos, bacterias o virus: estos esmaltes sellan la uña, creando un ambiente húmedo y cálido que favorece la proliferación de los microorganismos.
• Distrofias ungueales: el uso continuo de esmaltes semipermanentes o la remoción incorrecta de los mismos, pueden alterar la hidratación natural de la uña, dejándola más vulnerable al debilitamiento, fractura o desprendimiento.
• Agravamiento de enfermedades preexistentes: en personas con condiciones como dermatitis o eccemas, puede empeorar los síntomas, provocando más irritación o inflamación.
• Uñas manchadas o decoloradas: el uso prolongado de esmaltes semipermanentes, en particular aquellos de colores oscuros, pueden ocasionar manchas amarillentas o decoloración en las uñas, que son difíciles de eliminar.
• Riesgo de daño por lámparas UV: las lámparas utilizadas para sellar el esmalte emiten radiación ultravioleta lo que podría acelerar el envejecimiento de la piel, agravar enfermedades fotosensibles o aumentar el riesgo de cáncer de piel. Aunque la investigación sobre este tema sigue en debate, es recomendable limitar la exposición a estas lámparas.

Uso responsable del esmalte

Es muy importante mencionar que las uñas crecen a un ritmo aproximado de 1.5 mm por mes (uñas de pies) y de 3.5 mm/mes (uñas de manos), por lo que la recuperación de cualquier daño puede ser un proceso lento.

Por ello, es fundamental usar estos productos de forma ocasional, y de manera responsable para darles un descanso a las uñas, afirma la Dra. Pons. Además, dado el costo de los tratamientos y de las visitas a salones especializados, es oportuno considerar si el precio y los riesgos justifican los beneficios estéticos. Recordemos que es clave elegir siempre productos de calidad y no olvidar cuidar la salud de las uñas.