La celiaquía es una la intolerancia permanente a un conjunto de proteínas denominadas prolaminas, presentes en el trigo (el gluten), la avena, la cebada y el centeno, produciendo una lesión de la mucosa intestinal característica, con la consecuente malabsorción de nutrientes.
Es una enfermedad genética y autoinmune, originalmente considerada un raro sindrome de malabsorción; en la actualidad, la enfermedad celíaca se considera una enfermedad frecuente que puede manifestarse a cualquier edad y afectar a muchos órganos. La prevalencia en Argentina es de aproximadamente 1 de cada 100 personas.
Los pacientes a menudo experimentan síntomas durante años antes de ser diagnosticados correctamente .
Existen diferentes formas de presentación; solamente un 30% de los pacientes presentan síntomas clásicos como lo es la diarrea, el resto los pacientes pueden presentar los siguientes síntomas: distensión abdominal, malestar general, cólicos abdominales, dispepsia, anemia crónica, erupciones en piel, fatiga, depresión, irritabilidad, cambio del carácter y menos frecuentemente constipación, entre otros.
«Se estima que en Argentina 1 de cada 100 personas sufren celiaquía»
No diagnosticada la enfermedad y por lo tanto no tratada, predispone a molestias gastrointestinales crónicas, osteoporosis, anemia, infertilidad, abortos espontáneos, y ciertas formas de cáncer del aparato digestivo, en particular de linfomas. Cuando se manifiesta en la niñez, pueden aparecer trastornos del desarrollo, dificultades en el aprendizaje o retardo en el crecimiento.
Todas estas complicaciones son absolutamente evitables a través del diagnóstico oportuno y una dieta correcta como tratamiento.
Es una enfermedad ampliamente subdiagnosticada debido a que es más frecuente que los pacientes no presenten la sintomatología clásica. Conocemos uno de cada 40 o 60 celíacos, esto es, fundamentalmente, porque no hay educación suficiente en médicos clínicos, de cabecera o médico de familia para diagnosticarla.
Médicos consultados por distensión abdominal, cambio en las deposiciones, anemia, cansancio, osteoporosis, intestino irritable o trastornos ginecológicos u obstétricos (entre otros síntomas), podrían encontrarse frente a pacientes celíacos.
Un simple análisis de sangre ayuda para orientar el diagnóstico y es importante recalcar que un correcto diagnóstico y tratamiento cambian el curso de la enfermedad y logra beneficios concretos.
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