Desde principios de la humanidad, las mujeres y hombres de cualquier edad (exceptuando los niños) sufren de hemorroides. Este padecimiento se manifiesta desde una leve dolencia hasta situaciones de tremendo dolor y sangrado, con alteraciones en la calidad de vida social, laboral y deportiva.
Consisten en dilataciones venosas localizadas alrededor del ano. Son almohadillas, de allí su nombre dado por los españoles -almorranas- que cumplen una función en el delicado mecanismo biológico de la continencia anal.
Las hemorroides internas
Las hemorroides internas son venas varicosas que rodean el recto inferior, se dilatan y protruyen en la luz del canal anal, a veces extendiéndose al exterior. Algunas de las principales causas de las hemorroides internas, pueden ser:
- La constipación crónica por hábito alimenticio con dieta sin verduras ni frutas
- La ingesta escasa de líquidos
- El hábito sedentario
- La obesidad
- El consumo de condimentos y alcohol
Las hemorroides externas
También son venas varicosas localizadas debajo de la piel por fuera del ano. Cuando un coágulo bloquea la circulación venosa, se trombosa la vena provocando dolor y se denomina entonces trombosis hemorroidal aguda.
Los síntomas que podemos tener son:
- Dolor y presión en el canal anal
- Pérdida de sangre (proctorragia) y picazón (prurito anal).
- En los casos agudos aparece inflamación, edema y trombosis.
La consulta al especialista se impone con cualquiera de estos síntomas para acceder a un diagnóstico correcto y a una terapéutica específica que acorte los tiempos de curación.
Existe un abanico de procedimientos terapéuticos desde cremas tópicas locales, ligaduras con bandas, fotocoagulación infrarroja, realizados en consultorio externo, prácticas quirúrgicas mínimas ambulatorias como THD y PPH, hasta cirugías con técnicas de colgajos de piel para reparar estrecheces o estenosis.
El apasionante cambio en la terapéutica quirúrgica en los últimos años está marcado por la posibilidad de eliminar estas dilataciones venosas sin extirpaciones quirúrgicas extensas que provocan intenso y prolongado padecimiento en el post operatorio. Este avance terapéutico permite un pronto restablecimiento laboral y deportivo.
Lo más importante, ¿cómo prevenirlas? La prevención de esta patología que muchas veces tiene un componente hereditario se podrá buscar en las dietas con abundantes fibras, la disminución del uso de picantes, la ingesta moderada de alcohol y el incremento de la actividad física.
No por ser una patología antigua y frecuente debemos permitir que altere nuestros hábitos sociales, laborales o deportivos, ni afecte nuestra calidad de vida.
Temas
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