La práctica deportiva es sinónimo de salud, bienestar y calidad de vida. Sin embargo, no es infrecuente escuchar por los medios de comunicación noticias acerca de un deportista (a veces joven y aparentemente sano) que presenta algún problema cardiovascular o fallece de manera repentina durante un entrenamiento o competencia. Afortunadamente es un hecho extremadamente raro que tiene una incidencia entre 1:80 000 y 1:200 000 atletas/año.
El Dr. Juan Martín Galiano, Staff del Servicio de Diagnóstico por Imágenes Cardiovasculares, explica cuáles son las causas más frecuentes por muerte súbita, cómo identificarlas y qué medidas de prevención permiten reducir riesgos al hacer ejercicio.
Estos trágicos episodios, conocidos como muerte súbita, nos recuerdan la importancia de estar atentos y preparados para prevenirlos. Generalmente aquellos eventos que suceden en jugadores profesionales o de élite, son los que más llaman la atención por la difusión en de los medios y por romper con el paradigma de que los jugadores profesionales siempre gozan de buena salud.
¿Qué es la muerte súbita?
La muerte súbita se define como la pérdida inesperada de la vida en menos de una hora desde el inicio de los síntomas, generalmente provocada por una falla cardíaca. Aunque puede suceder en personas de cualquier edad, en el contexto deportivo suele afectar más a deportistas jóvenes que, en algunos casos, padecen condiciones cardíacas no detectadas previamente.
Las causas más comunes en menores de 35 años generalmente incluyen enfermedades del corazón como la miocardiopatía hipertrófica (aumento del espesor de las paredes del corazón), anomalías congénitas (entre ellas anormalidades en el desarrollo de las arterias del corazón) y arritmias graves (defectos eléctricos del corazón), mientras que en mayores de 35 años predominan las enfermedades coronarias (en la mayoría de los casos por depósito de colesterol en las arterias). Debemos tener en cuenta que la muerte súbita puede ocurrir tanto en deportes de alta competencia como en actividades recreativas, afirma el Dr. Galiano.
La clave: prevención
Lo más importante es que la muerte súbita en el deporte puede prevenirse. Para ello, es fundamental que la comunidad (deportistas, familias, entrenadores, clubes y autoridades) actúen en conjunto y tomen medidas simples pero efectivas.
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Evaluación médica antes de la actividad.
Toda persona que vaya a iniciar una actividad deportiva, especialmente si va a hacerlo de forma regular o intensa, debería someterse a una evaluación médica previa. Este chequeo debe incluir una entrevista clínica con interrogatorio sobre síntomas y antecedentes familiares, el examen físico y un electrocardiograma. Dependiendo de las condiciones de cada deportista o antecedentes personales / familiares, el médico puede solicitar estudios adicionales para la completar la evaluación del mismo.
Los clubes deportivos, escuelas y gimnasios deberían exigir este control como parte del ingreso a la actividad física, de manera similar a lo que ya ocurre en algunos torneos o federaciones.
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Conocer los signos de alerta.
Tanto los deportistas, como sus familias y entrenadores, deben estar atentos a ciertos síntomas que nunca deben ignorarse: dolor en el pecho durante el ejercicio, palpitaciones, mareos o desmayos. Si un joven siente que se desmaya durante un entrenamiento, es un signo de alerta muy importante y debe ser evaluado por un especialista a la brevedad.
Es importante erradicar la idea de que estos síntomas son «normales» por el esfuerzo físico. Escuchar al cuerpo es parte de una práctica deportiva saludable.
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Contar con desfibriladores y capacitar para su correcta utilización.
Otra herramienta clave en la prevención de muertes por paro cardíaco es la disponibilidad de desfibriladores externos automáticos (DEA) en los espacios deportivos. Estos dispositivos, fáciles de usar incluso por personas no relacionadas con la salud, pueden salvar vidas si se utilizan en los primeros minutos de un episodio.
Sabemos que el TIEMPO es VIDA, y mientras más rápido iniciemos la reanimación cardiopulmonar (RCP) y utilicemos el DEA, tenemos mayores probabilidades de sobrevida del deportista. Es fundamental que entrenadores, personal de clubes y miembros de la comunidad estén capacitados en reanimación cardiopulmonar (RCP), ya que de esta manera cualquier persona de la comunidad puede ayudar a prevenir una muerte súbita.
Un compromiso colectivo
Prevenir la muerte súbita no es responsabilidad de una sola persona. Es una tarea que nos involucra a todos: desde quienes practican deporte hasta quienes lo organizan o lo promueven. Las autoridades locales también juegan un rol esencial al implementar normativas que exijan controles médicos, promuevan la instalación de desfibriladores y fomenten capacitaciones en primeros auxilios.
Cada vida que se pierde de manera repentina y evitable es una tragedia. Pero cada medida de prevención que tomamos es un paso hacia una comunidad más segura y saludable.
Para concluir el Dr. Juan Martín Galiano, sostiene que toda persona que hace deporte debe hacerse un chequeo médico, al menos una vez al año.
Saber hacer RCP puede salvar una vida. La prevención comienza en casa, en la escuela, en el club y en la comunidad con la educación. Fomentar una cultura del cuidado en el deporte no solo previene la muerte súbita, sino que también promueve un estilo de vida más consciente, saludable y responsable. Practicar deporte es un acto de amor por la vida; cuidarse, también.
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