En los últimos años, Ozempic (semaglutida) ha ganado gran notoriedad como una herramienta para la pérdida de peso, llegando a ser denominada por algunos como una «droga mágica». Sin embargo, detrás de esta etiqueta hay tanto promesas como realidades que necesitan ser entendidas en su contexto médico y científico.
Para conocer todos los detalles, la Dra. Karen Montegrosso, Staff del Servicio de Nutrición de Grupo Gamma, explica de qué se trata realmente esta droga y si realmente se trata de una solución definitiva para la obesidad.
¿Qué es Ozempic y cómo actúa?
Ozempic es un medicamento originalmente desarrollado para el manejo de la diabetes tipo 2. Su principio activo, la semaglutida, es un análogo del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), una hormona que:
- Reduce el apetito al actuar sobre los centros de saciedad en el cerebro.
- Ralentiza el vaciamiento gástrico, prolongando la sensación de saciedad.
- Mejora la sensibilidad a la insulina, lo que regula los niveles de glucosa en sangre.
Estos efectos secundarios positivos sobre el peso corporal llevaron a la aprobación de dosis más altas de semaglutida (bajo el nombre comercial Wegovy) específicamente para el tratamiento de la obesidad.
¿Por qué se la llama «droga mágica»?
El término «droga mágica» surge de los resultados significativos observados en los ensayos clínicos y en la práctica clínica, sostiene la Dra. Montegrosso.
Podríamos mencionar algunos como por ejemplo:
- Pérdidas de peso de hasta el 15% del peso corporal en pacientes con obesidad o sobrepeso.
- Mejoría de comorbilidades como hipertensión, resistencia a la insulina y dislipidemias.
- Una percepción de facilidad, ya que se administra una vez por semana mediante una inyección subcutánea.
Para muchos pacientes, especialmente aquellos que han luchado durante años con métodos tradicionales de pérdida de peso, Ozempic parece ofrecer una solución efectiva y simple.
Pero ¿Es realmente mágica? Para dar respuesta, primero debemos darle lugar a algunas consideraciones, que mencionaremos a continuación.
Desafíos y limitaciones: 5 puntos importantes
- Ozempic no es una solución definitiva; funciona mientras se toma, pero si el paciente suspende el tratamiento sin haber consolidado cambios en su estilo de vida, es probable que recupere el peso perdido, afirma la Dra. Karen Montegrosso. Por lo tanto, la medicación se debe combinar con intervenciones nutricionales, actividad física y apoyo psicológico.
- Efectos secundarios: aunque es bien tolerado, Ozempic puede causar náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento y en casos raros, complicaciones más graves como pancreatitis o problemas biliares.
- Costo y acceso: el precio de Ozempic es elevado y se vuelve inaccesible para muchos pacientes, y en algunos países su disponibilidad es limitada debido a la alta demanda, incluso por personas que no poseen la indicación médica.
- Riesgo de uso indebido: la popularidad de Ozempic ha llevado a un uso no regulado, especialmente en personas sin obesidad médica, lo que puede generar problemas éticos y de salud.
- Enfoque centrado en el medicamento: considerar a Ozempic como una «solución mágica» puede llevar a subestimar la complejidad de la obesidad y reducir el tratamiento a una intervención farmacológica, ignorando los factores emocionales, sociales y metabólicos que la perpetúan.
El rol del médico en el uso de Ozempic
El médico tiene la responsabilidad de indicar el tratamiento correctamente, es decir Ozempic está indicado en pacientes con obesidad (IMC ≥ 30) o sobrepeso (IMC ≥ 27) con comorbilidades asociadas y debe formar parte de un plan integral.
Además deberá educar al paciente: explicar que Ozempic no es una solución mágica, sino una herramienta complementaria, en un abordaje integral.
El profesional debe monitorear y ajustar el tratamiento: supervisar los efectos secundarios y la adherencia, como así también garantizar que el paciente se comprometa a realizar cambios en el estilo de vida.
Es clave abordar el uso ético: desalentar el uso de Ozempic en personas que buscan una solución rápida sin indicación médica, promoviendo una discusión sobre sus riesgos y beneficios.
Conclusión
Ozempic es un avance significativo en el tratamiento de la obesidad, pero como mencionamos anteriormente no es una «droga mágica».
Su éxito depende de una prescripción adecuada, una supervisión médica constante y su integración en un plan de tratamiento integral que incluya cambios sostenibles en el estilo de vida.
Los desarrollos farmacológicos son prometedores, pero nunca reemplazarán la importancia de abordar la obesidad desde una perspectiva multidimensional, concluye la Dra. Montegrosso.
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