A lo largo del tiempo se crearon muchas dietas que prometen éxito rápido sin esfuerzo, como la dieta con mini-viandas, dieta del pomelo, dietas “del astronauta”, de la sopa, de los colores, la disociada, entre mucha otras. Cada día aparecen nuevas y se renuevan aquellas antiguas dietas restrictivas, lo que confirma que ninguna resulta eficaz para mantener el peso que se ha logrado bajar, y algunas de ellas son muy peligrosas para la salud.
La primer causa de “fallo” en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad es pretender resultados imposibles de alcanzar en poco tiempo, ya que pensar en un tratamiento mágico es el primer paso que nos llevará al fracaso. Hay que tener claro que el bajar de peso involucra cierto esfuerzo para incorporar hábitos alimentarios saludables y actividad física regula.
¿Cuáles son los hábitos alimentarios saludables para bajar de peso?
Se trata de evitar la palabra dieta, reemplazándola por planes o programas de alimentación. Durante años se nos enseñó que las dietas son pautas estrictas y por corto tiempo, como si fuera una pastilla milagrosa que la tomamos por unos días y nos cura un padecimiento que lleva largo tiempo. Pero, la cuestión de salud no se resuelve de esta manera. Quizás sea esa la razón por la que muchas dietas de moda terminan en fracaso para las personas que las utilizan.
Un buen tratamiento busca que el paciente incorpore pautas alimentarias no solamente durante dos o tres meses, sino que aquellos cambios que realice – que llevan un proceso y un tiempo – los incorpore en la medida que pueda y por tiempo prolongado.
Por eso el plan a instaurar no puede estar lleno de prohibiciones ni limitaciones que hagan que uno deba dejar todo apenas pueda. El profesional debe en cada consulta semanal analizar las dificultades con las que el paciente se enfrenta y enseñarle cómo superarlas; se deben incorporar nuevos cambios en el programa según las necesidades individuales y evaluar los cambios y progresos logrados. De este modo el trabajo en conjunto del médico y el paciente llevará a que los cambios se consoliden, se hagan duraderos y al cabo de varios meses el paciente mire hacia atrás y diga “bueno, baje tantos kilos, no sufrí, por el contrario me siento mucho mejor y además….. ¡cuantas cosas cambié!»
¿Por qué los planes deben ser bajos en grasas?
Las estadísticas mundiales están alertando el aumento desmedido del sobrepeso y de la obesidad y con ellas de las patologías que las acompañan como la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto, infarto de miocardio, el cáncer, entre otras. Y esto se correlaciona con el mayor consumo de grasas.
Las grasas tienen muchas más calorías que los hidratos de carbono y las proteínas, a igual peso. Se debe diferenciar la calidad de los alimentos grasos, como las cremas, mantecas cargadas de grasas dañinas para nuestra salud; de los aceites que por ser de origen vegetal no tienen colesterol y además son portadores de ácidos grasos esenciales y favorables. Estas grasas “buenas” también están en las semillas y en los pescados de mar, que aunque algunos sean más gordos son beneficiosos para la salud.
Pero desde el punto de vista de la obesidad, agregar tres cucharadas de aceite de oliva al plato de pastas o ensalada equivale a agregar tres bochas de helado, y con esto es difícil perder peso.
Reglas prácticas para bajar de peso:
- Reducir calorías controlando el consumo de grasas y azúcares
- Aumentar el consumo de vegetales, frutas, cereales integrales y fibras en general
- Elegir cortes magros de carne y optar por lácteos descremados
- Aprender a comer porciones moderadas en cada comida
- Mantener una vida activa realizando ejercicio físico regularmente, subir las escaleras en vez del ascensor, caminar hasta cualquier lugar que quede a menos de diez cuadras y no sentarse a ver televisión con comida
En conclusión: hay que saber que los alimentos calóricos no están totalmente prohibidos. Puedo comer de todo, sólo que en aquellas comidas cargadas de calorías debo ingerir poco, despacio y de vez en cuando. El tratamiento es todo un aprendizaje, pero es posible.
¿A quiénes le damos el diploma de recibido? A la persona que dice «ahora yo como así». Se recibió, come así sin sentir esfuerzo.
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