La consulta geriátrica centrada en la persona: tiempo, escucha y acompañamiento
Geriatría y Gerontología

La Dra. Gisel Muzzolón, Staff del Servicio de Clínica Médica de Grupo Gamma, especialista en Geriatría y Gerontología, reflexiona sobre el valor del tiempo, la escucha y la cercanía en la consulta con personas mayores, y cómo una atención médica humanizada permite comprender al paciente de manera integral, promover la salud y acompañar activamente esta etapa de la vida.
El tiempo como herramienta terapéutica
En la actualidad, donde estamos todo el tiempo apurados y las soluciones se pretenden de forma inmediata, resulta interesante detenerse en el tiempo como un factor clave dentro del consultorio médico.
Las personas que llegan a la consulta geriátrica necesitan una escucha atenta y respetuosa, afirma la Dra. Gisel Muzzolón. Historizar una vida de 60, 70 u 80 años no es algo rápido ni conciso. La necesidad del adulto mayor de poder hablar sin interrupciones, sin juicio y más allá del motivo puntual de consulta es vital para comprender las patologías desde una mirada más humana e integral.
La construcción del vínculo médico-paciente
Tener en cuenta ciertos gestos resulta primordial a estos efectos: llamar al paciente por su nombre de pila, saludarlo afectuosamente y acompañarlo a sentarse son pequeños detalles que generan un clima de proximidad y confianza. Este vínculo favorece una relación médico-paciente sólida, fundamental para el abordaje geriátrico.
Adultos mayores activos: un cambio de paradigma
La Dra. Muzzolón dice: “En mi experiencia, en el consultorio, se observa cómo un número significativo de pacientes mantiene una vida muy activa más allá de la jubilación”. Continúan ligados al ámbito laboral, ya sea por necesidad o por disfrute, realizan actividad física (pilates, yoga, musculación, caminatas) y participan de espacios recreativos y sociales. Este escenario se aleja del imaginario tradicional que asocia al adulto mayor con la pasividad.
Así mismo, otro grupo de pacientes llega al consultorio con mayor angustia, evidenciando pasividad y falta de actividades que ordenen su cotidianidad. Suelen esperar la visita de familiares y que estos resuelvan sus asuntos. En estos casos, el trabajo médico ayuda mucho a resignificar gustos e intereses, promoviendo que la persona se sienta protagonista de esta etapa de la vida, con el impacto positivo que esto tiene en la salud. Esto habilita intervenciones orientadas a la prevención y promoción de la salud. También es frecuente la consulta de familiares preocupados y desorientados frente a situaciones que afectan a un adulto mayor y alteran la dinámica familiar. En estos casos, el abordaje se orienta a brindar estrategias de acompañamiento y a establecer un orden de prioridades que facilite el cuidado.
La consulta geriátrica como espacio de referencia
Estos aspectos orientan el trabajo médico y ponen de manifiesto la importancia del tiempo y la calidez en la búsqueda de efectos terapéuticos. La posibilidad de que el paciente se exprese libremente permite pensar intervenciones que van desde tratamientos individualizados ante patologías agudas hasta medidas de prevención y promoción de la salud.
Concebir la consulta geriátrica como un espacio de acompañamiento continuo, similar al rol de la médica de cabecera, resulta fundamental para cuidar la salud y el bienestar en esta etapa de la vida.


